martes, 22 de marzo de 2011

Cuento para reflexionar



La semana pasada hice unas galletas como recuerdo de la fiesta de cumpleaños de mi amiga Luz Monreal. En cada una de las bolsitas de celofán  puse mucho mimo y cariño; el mismo que a ella le tengo. ¡Felicidades Luz! Estás guapísima, y  no dejes a tu entrenador personal, que aunque te dé caña, los resultados son maravillosos. Al paso que vas tendrás que celebrar descumpleaños ;)). 

Como el mundo del blog está rebosante de recetas y modelos de galletas no os enseño nada novedoso, pero he pensado compartir con todos los que me leen un cuento que me gustó y sirve para reflexionar. Espero que os guste.

Una joven estaba esperando su vuelo en la sala de espera de un gran aeropuerto. Como debía esperar varias horas, decidió comprar un libro para pasar el tiempo. También compró un paquete de galletas. Se sentó en un asiento en la sala VIP del aeropuerto para poder descansar y leer en paz.
Al lado del asiento donde estaba la bolsa de galletas se sentó un señor que abrió una revista y comenzó a leer.

Cuando ella tomó la primera galleta, el hombre también tomó una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: “pero, qué descarado, si yo estuviese más dispuesta le daría un golpe en el ojo para que nunca más se le olvide”. Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una.
Aquello la dejaba tan indignada que no conseguía reaccionar. Cuando quedaba apenas una galleta, pensó: “ah… ¿qué será lo que este abusador va a hacer ahora?”.
Entonces el hombre dividió la última galleta por la mitad, dejando la otra mitad para ella.
¡¡¡Ah!!! ¡Aquello era demasiado! ¡Se puso a bufar de la rabia!
Entonces cerró su libro, recogió sus cosas y se dirigió a la puerta de embarque. Cuando se sentó, confortablemente, en su asiento, ya en el interior del avión, miro dentro del bolso para coger un caramelo, y para su sorpresa su paquete de galletas estaba allí… todavía intacto, ¡¡cerradito!!
Sintió tanta vergüenza... Sólo entonces percibió lo equivocada que estaba, había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso.
El hombre había compartido sus galletas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, mientras ella quedó muy trastornada, pensando que estaba compartiendo las de ella con él. Y ya no había más tiempo para explicaciones… ni para pedir disculpas.
¿Cuantas veces, en nuestras vidas, estamos comiendo las galletas de otros y no somos conscientes de ello?
Antes de llegar a una conclusión… ¡¡observemos mejor!! Tal vez las cosas no sean exactamente como nosotros creemos que son, no pienses lo que no sabes acerca de las personas…


lunes, 7 de marzo de 2011

Pimientos rellenos de arroz y atún





Hoy, después de tanto tiempo, regreso  con un plato sencillo y conocido por muchos pero que yo no había probado hasta hace muy poco. Mi amiga Arantxa me había comentado hace ya muchos años que los preparaba, pero por diversas circunstancias en casa nos lo hemos estado perdiendo. Un plato realmente cómodo de preparar, muy socorrido para  un solo comensal económico, vistoso y nutritivo. Amarillos, rojos o verdes, a gusto de cada uno, y aportando unas notas de color en la mesa. 



Ingredientes para 4 comensales


4 pimientos grandes
2 latas de atún al natural con su jugo
8 cucharadas de salsa de tomate
8 cucharadas de arroz
8 cucharadas de agua 
2 cucharadas de aceite de oliva
una pizca de ajo en polvo
sal

Preparación

Lavar los pimientos y secarlos. Daremos un corte circular para dejar una tapa. Eliminamos las semillas.

Mezclamos en un cuenco todos los ingredientes del relleno, ponemos la tapa y colocamos en un recipiente refracatario para meter al horno, que habremos precalentado a 160º y en una hora aproximadamente estarán hechos.